Restaurante Deliríos (León): una experiencia totalmente delirante

“No existe plato desdeñado en la cocina cuando se realiza de manera única”

Con esta frase de Miguel de Cervantes se identifica al máximo el Restaurante Delirios en la capital leonesa. Detrás de la pulcra leonina (catedral de León) se ubica este pequeño local que ofrece una cocina creativa, con pizcas de locura y genialidad que causan delirios extremos, de ahí su nombre.

En el pequeño y acogedor local nos recibió el chef Javier Rodríguez que gestiona la cocina y el equipo humano que integra Delirios y que da servicio a las 9 mesas.

Nos decidimos por el menú degustación, así arrancamos con la partida de aperitivos:
 

Una sabrosa y fresca brocheta de tomate, queso y albahaca a la que siguió un boquerón con un sabor potente y que conjugaba a la perfección con el granizado de manzana que lo acompañaba, como tercer aperitivo espuma de melón y hierbabuena que preparaba el paladar para los siguientes platos.

Seguimos con un nigiri de salmón ahumado, caramelo de oliva negra y aire de bitter con una mezcla de sabores curiosa, no obstante la elaboración del arroz nos dejo un poco tibios, pero no somos muy objetivos ya que nuestra estancia gastronómica en Japón deja el listón muy alto.

Continuamos con unos huevos a baja temperatura con chips de patata y trufa, la sencillez y el sabor nos conquistó en este plato, deliciosa mezcla de la melosidad del huevo, el crujiente de las patatas y el aroma trufado: aquí empezamos a delirar…

Como segundo plato de pescado degustamos un tataki de atún rojo con salsa de soja, brotes y gelé de sanguina, absolutamente delicioso, la cocción del atún en su punto y la mezcla de la naranja sanguina y la salsa de soja resultó irresistible, con el contrapunto perfecto de halo aromático de las acederas.

Y para seguir delirando aún más degustamos la carne roja con patata morada, muy rica también.

Para ponerle el broche de oro a la jornada delirante tomamos la tarta de queso al revés, compuesto por queso en espuma con una cama de gelatina de frutos rojos, crumble de galleta y almendra, frambuesa asada, helado y crujiente de violetas. La mezcla de la frambuesa y el helado de violetas también nos enamoró, quizás le falto un de caña a la gelatina de frutos, pero el equilibrio era sensacional.

En los petit fours unas gominolas de gingerale.
 

La decoración del local es moderna y el servicio fue muy ágil, y su carta cuenta con interesantes propuestas, cada 15 días se hace revisión de la carta, que sufre un cambio más radical en los cambios de temporada.

Gracias a Javier por la paciencia que tuvo mientras fotografiábamos sus platos, fijaros si deliramos por completo que cuando nos fuimos nos dejamos hasta la cámara, jajajaja.

Una experiencia gastro que debe ser explorada en la ciudad de León, porque no te dejará indiferente, sino delirante.
 

 
En una de las paredes se puede leer esta premonitoria frase para el comensal: “Comienza aquí un viaje en el que van a experimentar uno de los placeres más fascinantes. Esta senda sorprende con una explosión de sabores, únicos e irrepetibles que hacen rozar el delirio.”
 
¿Os atrevéis a delirar un rato?
 
Delirios Restaurante

c/ Ave María 2 bajo

987.23.76.99

León